La Ruta del Vino Sierra de Francia es interesante para el viajero curioso porque quien la visita no sólo profundiza en la cultura del vino maridada con los suculentos ibéricos y excelentes productos de la tierra, sino porque ese legado de bodegas y cepas centenarias tiene como telón de fondo un escenario histórico de castillos y murallas, de personajes nobles y villanos que enriquecen e inspiran, que invitan al descubrimiento de historias, leyendas y cuentos enmarcados en el misterio de la naturaleza de sierras y montañas.
Tres castillos declarados Bien de Interés Cultural (BIC), se alzan aún airosos ubicados en antaño villas y señoríos, hoy localidades serranas declaradas Conjuntos Histórico Artísticos: Miranda del Castañar, San Martín del Castañar y Montemayor del Río.
En el noble Condado de Miranda – https://www.turismosierradefrancia.es/municipios/miranda-del-castanar.html – villa que en la Edad Media detentó el señorío sobre gran parte de los pueblos y las tierras de la Sierra de Francia, Pedro de Zúñiga levantó, hacia el siglo XIV, sobre antiguos vestigios defensivos atribuidos a la Orden de los Caballeros Templarios, una fortaleza con un austero castillo que alcanzó su esplendor y un uso palaciego bajo el dominio de Diego de Zúñiga. Pleitos, enfrentamientos, guerras y casamientos alternaron su propiedad entre la Casa Ducal de Béjar y la Casa de Alba.
Situado en una loma para servir de atalaya el sobrio castillo hoy preside la antigua plaza de toros rectangular, de la que se conservan intactos los extraños burladeros, y da acceso al Casco Histórico a través de la puerta monumental de San Ginés, que se abre al visitante para dar paso a un trazado medieval de casas blasonadas, e invita caminar sin prisa bajo los arcos ojivales de su bien conservado paseo de ronda, oteando el valle que se abre a los pies de sus dominios.
En la parte más alta del municipio de San Martín del Castañar – https://www.turismosierradefrancia.es/municipios/san-mart-n-del-casta-ar.html – un conjunto palaciego se asoma al río Francia. Cuentan las crónicas que fue morada de una hija del Conde de Miranda casada con un noble de San Martín, pero también que perteneció al Obispo de Salamanca.
De los restos de este antiguo castillo del siglo XV, enclavado en un montículo de fuertes pendientes, se conservan restos de la llamada ‘torre vieja’, situada al sur, y dos lienzos de la conocida como ‘torre nueva’, la torre del homenaje, ubicada en la parte norte, sobre la que se ha construido un mirador privilegiado para otear las sierras de Béjar y Francia. En medio de ambas atalayas había un cuerpo de habitaciones del que hoy se conserva parte del muro exterior almenado, y entre madroños sirve de cobijo al lugar de descanso eterno de los habitantes del municipio.
Una cuidada labor de restauración y conservación ha hecho posible que esta antigua fortaleza, cuya plaza de armas fue convertida antaño en la plaza de toros de la localidad, albergue hoy el Centro de Interpretación y Recepción de Visitantes de la Reserva de la Biosfera de las Sierras de Béjar y Francia, abierto al público de jueves a domingo de 11 a 14 h. y de 17 a 20 h.
A través del arco apuntado de grades dovelas de la puerta del castillo se da paso a un recorrido por un espacio que pone en valor la relación del ser humano con el territorio que ocupa y la convivencia entre la tradición y el progreso. Por ‘El pasadizo de los porqués’ se guía al visitante, mediante montajes audiovisuales, materiales de la naturaleza del entorno y juegos de luz y sonido, hacia el conocimiento de lo que significa para un territorio ser declarado Reserva de la Biosfera, a descubrir la esencia de los valores que le son reconocidos con este título y el equilibrio que se produce entre las personas y el medio.
En lo más profundo de un valle de castaños se alza sobre una colina el Castillo de San Vicente en Montemayor del Río – http://www.salamancaemocion.es/es/destinos/sierra-de-bejar-y-candelario/nuestros-pueblos/montemayor-del-rio – un municipio salmantino que llegó a ser sede de Marquesado y cabeza de Concejo de la Villa y Tierra. La fortaleza se remonta al siglo XII aunque finalizó su construcción en el siglo XV de manos de Juan de Silva y Ribera, capitán general de Navarra, para quien Carlos I creó el marquesado.
El castillo tuvo en principio una función defensiva entre la meseta norte y Extremadura, guardián de la Mesta y la trashumancia, protector de peregrinos, pero pronto perdió su aire militar en favor de un estilo más palaciego y conserva hoy el foso, la barbacana, la torre del homenaje y el paseo de ronda, entre otros muchos elementos que se han recuperado y consolidado tras la última restauración.
En la actualidad, entre sus muros alberga el Centro de Interpretación del Medievo y un afamado restaurante que forma parte de la Ruta del Vino Sierra de Francia – https://rutadelvinosierradefrancia.com/.
Pases guiados de una hora por el Centro de Interpretación permiten al visitante conocer las técnicas de construcción medieval, la repoblación del Sur de Salamanca, cómo era la vida en el interior del castillo y las actividades de hombres, mujeres y niños. Las entradas pueden adquirirse en el castillo el mismo día de la visita (sábados, domingos y festivos), la taquilla abre 15 minutos antes de cada pase (11.30, 13.00 y 17.00 h.), al que pueden acceder unas 20 o 25 personas debido a la capacidad de las salas. Se debe tener en cuenta que el recorrido de la visita transcurre por una estructura arquitectónica del siglo XII, con escaleras de caracol altas, estrechas e irregulares, por lo que no son aconsejables para personas con movilidad reducida, a ellas se les propone un paseo por la planta baja donde también se pueden ver un buen número de estructuras y elementos medievales y disfrutar mientras tanto de un suculento aperitivo en el patio de armas del propio castillo.
La Ruta del Vino Sierra de Francia, te propone un fin de semana de auténtico turismo “Tres castillos que no te puedes perder”, ven a visitarlos y a visitarnos.
Ruta del Vino Sierra de Francia